Los tres grandes

Universo, Destino y Karma

"Porque trabajando juntos somos una fuerza mayor"

¿Qué tal queridos lectores? ¿La vida los ha tratado bien en mi pequeña desaparición?

Por fin he vuelto de este pequeño break casi imperceptible, el cual me sirvió bastante para alivianar la carga emocional que llevaba encima. Espero de todo corazón (pero más alma) que cada uno de ustedes se encuentre de lo mejor, y si ese no es el caso, recuerden que la salud mental es lo más importante para todo ser humano, si no somos capaces de primero cuidarnos internamente en lugar de externamente, no podremos ser capaces de estar en sintonía con nosotros mismos en su totalidad. Si deben desaparecer por un tiempo para recomponerse y sanar, que no les importen las voces que les dicen que se queden, ya que esto trata de su bienestar, no como muchos intentan convencernos al contrario de que debemos hacer cambios para que el resto se sienta a gusto con nosotros y nuestra existencia.

Lamento si en estos momentos me asemejo a alguna clase de influencer en redes sociales que habla del cuidado propio y la salud mental, ya que en general soy la menos capacitada para hablar de esto cuando requiero una terapia especial para encontrar mi estabilidad, sin embargo, cuando la vida te ha rodeado de personas como tú que han pasado por múltiples tragedias y traumas que les dificultan mucho el hecho de vivir tranquilos, vas aprendiendo de a poco de ellos y de ti como buscar maneras de sobrellevar los problemas, sólo es cuestión de observarlos, escucharlos y hacer las preguntas correctas siendo lo más empático posible.

Hoy vengo a tratar un tema que tiene una clase de relación con lo anterior, puede que esto les sirva como puede que no, pero más que nada es una clase de observación a mis propias vivencias personales en torno a mi mayor “creencia espiritual”.

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Siempre he creído y sentido que el Universo trabaja de la mano con el Destino y el Karma. A veces los imagino como los personajes principales de una gran historia que explica cómo funciona el mundo y las cosas que no podemos ver que están ocurriendo a cada instante del día, ya que es más bien lo que podemos sentir en la piel como una clase de escalofrío o en el interior del pecho como una corriente eléctrica, y en el momento que se nos presenta ante nuestros ojos para revelarnos una verdad o un camino, hay que tener la habilidad de ser un gran observador y a la vez ser consciente de lo que busca tu interior para saber que nos advierte.

Han pasado ya muchos años trabajando y comunicándome con estos tres grandes, siempre pidiéndoles ayuda, señales y a veces pequeños favores, pero para poder hacerlo se requiere tiempo y constancia, y no me refiero para ser escuchado o tomado en cuenta, sino para creer fielmente que te pueden ayudar en lo que estás buscando. La base de toda creencia es la fe que tienes en ella, no es verla como algo experimental a la que sólo te acercas cuando ya todo está perdido, debes mantenerte ahí incluso cuando no la necesitas y estás viviendo tus mejores momentos, porque se asegurarán de multiplicar esa dicha cuando les hayas dado las gracias por darte la oportunidad de tener todo eso en tus manos, y aunque a veces la comunicación parezca unilateral, la verdad es que siempre estarán pendientes de ti.

En los últimos meses me tuve que alejar de mi mayor fuente de fe, la Luna, a la cual siempre le pido deseos en su fase más rebosante de energía “La Luna llena”. Todo lo que he querido se ha resumido en sentimientos egoístas, de hecho, no he sido capaz si quiera de salir y observarla cuando brilla en la mitad del cielo por la vergüenza que me corroe una vez que pienso en las cosas que me gustaría tener, saber o llevar a cabo, entonces decidí que era el momento adecuado para encomendarme al Universo. Le pedí que me ayudara a encontrar las respuestas que estaba buscando en forma de señales que sólo yo podría entender: Números, animales, frases, aromas, dibujos, nombres, etc. Y lo peculiar es que siempre me ha dado lo que le pido, siempre y cuando sea justo y con respeto.

Lo que debo aclarar es que dentro de todo lo bueno que pueda resultar, siempre vienen consigo esas letras pequeñas al final de las cláusulas que tiene el Universo, con esto me refiero a que no todo puede ser perfecto y armónico con él, todo lo que pides viene con algo a cambio, como una clase de trueque, y aquí es donde el Destino y el Karma entran en el juego.

Continuara…

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