Los tres grandes (2/2)
Don't mess with me little butterfly
~You could break your wing~
(Después de varias semanas he vuelto para retomar mi escrito anterior, así que sin más preámbulos comencemos con esta segunda parte):
Cuando le pides algo al
Universo siempre vendrá con una consecuencia, esa consecuencia se reduce a lo
que el Destino te tenía preparado antes de que tú manifestaras esta necesidad.
Muchas personas piensan que el destino puede ser cambiado, de aquí nace también
lo que todos conocemos como “efecto
mariposa”, ¿pero qué es lo que sucede entre estos dos?
El efecto mariposa se
encarga de que todas nuestras acciones sean derivadas a un final completamente
diferente de otro en base a las decisiones que tomamos en ciertos momentos (o
en todo momento), o incluso a cosas que no podemos controlar como las decisiones
de otras personas o causas naturales del entorno, sin embargo, lo que cambia es
UNA VIVENCIA, y pesar de que algunas de esas vivencias puedan repercutir en
todo lo que consiga en nuestra vida a la larga, la realidad es que sea cual sea
el final, el Destino ya tenía escrito esto para nosotros.
Por ejemplo, si en mi
destino está escrito que debo morir el día de hoy, no importará si logro
esquivar aquel auto en la mitad de la calle que casi me arrolla, tampoco
importará si en medio segundo logro sujetarme del barandal antes de caer por
esa gran escalera y romper mi cuello, ya que en la mitad de la noche moriré
asfixiada en mi propia saliva mientras conciliaba el sueño. Tal vez podamos
cambiar el momento y el lugar, pero jamás podremos cambiar el final que fue
escogido para nosotros en cada circunstancia.
Siempre he pensado en
el efecto mariposa como el primo lejano de esta gran familia, está en todo lugar
haciendo de las suyas, a cada hora del día, pero no son más que jugarretas que
le abren el paso al verdadero destino, él
trabaja para el Destino. No puedes pedirle a la oveja que sea más rápida e
ingeniosa que el tigre ¿O sí?
Con el tiempo he logrado
encontrar una forma de ocasionalmente burlar al destino, la mejor opción es no
hacerlo porque podrías perjudicar de forma muy seria los acontecimientos de tu
vida, pero de vez en cuando es necesario hacerlo si quieres encontrar una
respuesta que no está del todo a tu alcance, luego de eso eres tú quien decidirá
si quiere tomar el camino que se te mostró, o seguir con tu vida como
normalmente lo harías.
¿Alguna vez han
escuchado que lo que deseas con todas tus fuerzas lo terminas atrayendo hacia
ti? Pues es completamente certero. La mente es en extremo poderosa pero no son
muchos los que trabajan para volverla de esta manera, piensan que tiene una
capacidad limitada y que en base a lo que saben sólo puede servir para eso,
pero no, en realidad lo que pensamos se puede volver aún más concreto si es que
así lo deseamos, lo que falta es aprender a creer en ello.
Hace un par de semanas
una frase se la pasaba rondando por mi cabeza para poder escribirla aquí, y es
esta:
“Vuélvete
inevitable hasta que se te ceda por cansancio”
¿A qué me refiero con
esto? Muchas veces controlar las energías es un trabajo duro, y conseguir lo
que quieres en base a ellas es aún peor, habrá días donde le pedimos a lo
desconocido que nos ayude a obtener lo que pedimos pero muy pocas veces somos
escuchados como se debería ¿entonces qué debo hacer? ¿Hacer alguna clase de
ritual? ¿Tal vez una ofrenda? Pues no, es tan sencillo como pensar día tras día
en lo que quieres, cada hora, es obsesionarte con ese deseo, pensar en que ya
lo tienes, en que ya sucedió, y aunque no lo crean desde ese punto es cuando
sólo tomará un par de semanas en que ocurra por sí solo.
El Destino y el Universo
tienen un límite en torno a lo que pide una persona, ahora imagínense a este
individuo despertándose por la mañana y pidiendo en voz alta o dentro de su
cabeza un chocolate, luego mientras se arregla y viste para salir lo piensa
nuevamente, va por la calle y se imagina todos los tipos de chocolates que
existen que podría comer, llega a su destino e imagina lo feliz que sería si
tuviese ese chocolate en sus manos… Que individuo más obsesivo con el puto
chocolate ¿pero adivinen qué? Esa misma tarde el amigo con quien se vería, extrañamente le lleva un chocolate de regalo, pues sí, este individuo logró
colmar la paciencia del Universo con el estúpido chocolate, quien no tuvo más
opción que intervenir en la mente de su amigo y saciar su búsqueda, y así es como funciona la ley de
atracción aunque suene ridículo después mi explicación tan banal.
Si
desean algo lo suficiente como para hartar a quienes te escuchan, tarde o
temprano lo obtendrás.
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