Mi habilidad cuando sufro


 No hay fragilidad


Ayer fue un día de mierda, he tenido malos momentos pero siento que todos se acumularon en uno solo, uno donde exploté y sentía como mi cabeza dolía después de darle tantas vueltas a un mismo asunto, culpándome por cosas que siempre pensé que fueron mi responsabilidad, cuando en realidad nadie era el culpable ni responsable, sólo los acontecimientos y las malas decisiones. Me dejé llevar por la cólera y la tristeza, y me gustaría poder revertir todo lo que hice, incluso lo que escribí hace unas cuantas horas atrás, pero no lo haré porque necesito que esté ahí para recordarme las razones de porqué todos tenemos un límite y una forma de sanar.

Hoy al despertar me sentía más que fatal, incluso fue difícil salir de la cama porque sabía que no podía estar en casa pero de todas maneras me mantenía ahí, sabía que sólo comería un poco y después me iría, incluso tenía ya en cuenta el lugar de mi destino, así que hice todo lo ya mencionado y tomé camino. Fui bajo esos árboles en aquella plaza, donde está esa banca que mirando hacia arriba se encuentra el "poste número 15", tuve que hacerlo para calmarme un poco y recordar porqué los acontecimientos se dieron en la forma que ocurrieron. Observé todo el paisaje, las casas, las calles... Todos esos lugares por los que pasé millones de veces mientras estudiaba en la escuela, donde hice incontables recuerdos, caminé por ahí riendo, llorando e incluso corriendo en mis momentos de crisis, esos pasajes tienen más de mí que cualquier otra persona, y creí que esa sería mi última visita, pero una vez que retomé el camino de vuelta a casa decidí que volvería siempre.

Volveré para leer, escribir, llorar y tal vez dejar una marca en aquel muro que ya tiene incontables grafitis, y no interesa qué o quién esté a la vuelta de la esquina, ese lugar de alguna manera ya es mío, tiene una marca no física, sino emocional, y todos sabemos que esas marcas no se pueden quitar.


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Hoy pude verme a mí misma nuevamente en esta situación de crisis, y las personas que me conocen bien saben que necesito salir de casa cuando llegan. Hay días donde es de temer porque todos, incluso yo, saben que es un peligro, ya que corro, corro y sigo corriendo hasta que mi cuerpo no da más, pero siempre teniendo en cuenta a donde quiero llegar. Pero hay otras veces donde camino lentamente también hacia un destino... Y a los lugares que voy son donde hay un algo o un alguien que yo considero un hogar, voy en busca de una persona que me abra sus brazos y me contenga después de ese largo viaje, a veces entre llanto y otras incluso entre risas donde digo que "no sucede nada, sólo quería verte", y hay momentos donde no doy una explicación, porque es más complejo de lo que podrían pensar, y hoy sucedió. Estaba buscando algo, tal vez respuestas, me quedé sentada esperando por casi una hora, entonces fue cuando me di cuenta que estaba en el lugar equivocado para encontrar eso, así que cambié mi rumbo.

No quiero hablar del lugar al que fui... Pero ciertamente ahí estaba mi hogar, mi nuevo hogar. Esperé también por una larga hora, y la diferencia es que alguien si llegó, no sabía que yo estaba ahí, tampoco le dije porqué, ya que no valía la pena, pero eso era lo que necesitaba.



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Me asusta pensar que algún día ya no tendré un lugar donde ir, me aterra pensar que siempre cambia, siento que nunca hay algo estable para mí...

Recuerdo una vez que corrí como nunca sólo para ver a una persona, como me senté en la vereda de su calle esperando que saliera y me ayudara con todo lo que sentía en esos momentos, y a veces duele pensar que necesito de alguien que venga por mí y me ayude a levantar, duele pensar en mí sentada en un sofá mientras me miran a los ojos buscando saber por qué estoy ahí, porque yo no lo sé, ustedes lo saben, dime qué hago ahí y porqué escogí que seas tú, dime porqué mi cabello está sucio y corre ese sudor frío por mi espalda sin importarme. Ayúdame, por favor hazlo.

Yo soy una persona que debe tener controlado todo a su alrededor, y a veces los demás me dicen que debo soltarme, pero si no lo hago es por todo lo que leyeron antes, por la sensación de adrenalina que tengo en esos momentos donde todo parece más frágil y yo más invencible. Pero una vez alguien me dijo que no lo soy, que no puedo, y es verdad, no puedo pararme en medio de la calle esperando que un auto no me arrolle, tampoco puedo saltar de un risco esperando que en la caída no me haga daño, sólo soy un ser humano, mortal y jodidamente dañado.


(831 palabras. Sí, me excedí)

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