Joder al protagonista
A little context, if you care to listen
Now it's three in the mornin'
And I'm
tryin' to change your mind
Qué tal lectores? ¿Sobrevivieron al primer mes del año?
Tomé la decisión de regresar en Febrero porque Enero dejó
mucho que desear desde sus inicios, tal como lo predije fue un mes de porquería
para mí, y me siento aliviada de que haya partido, con él se llevó mis
pesadillas más recurrentes y me dio tiempo para olvidarme de ellas.
Me encantaría poder relatarles parte de mis maravillosas
vacaciones, sin embargo, no hay mucho que rescatar de ellas, hubo más
enfermedad y peleas que un merecido descanso, ahí entendí que parte de la
convivencia familiar se está perdiendo por problemas y traumas sin tratar, y
creo que por fin somos más los que entendemos que nunca hemos estado realmente
bien que los que se niegan a mirar, y estuve esperando por años esa clase de
compañía sentada en un rincón.
Todas las ideas que tuve para escribir en este blog fueron eliminadas,
recuerdo el momento exacto donde preparé el borrador, era algo bastante narcisista
y arrogante, y una vez que lo releí me sentí incómoda ya que exageré todo lo
bueno que podía, pero las cosas no siempre son así y no todas las personas deben
conocer partes de esa alegría, las personas son malas y ese es un pensamiento
que he tenido toda la vida, así que esta vez tomaré el camino que me acerque a
lo más real que he tenido.
Entre estos dos meses sin duda he tenido por lo menos tres
episodios distintos, uno maniaco y dos depresivos, ahora que sé identificarlos
soy consciente de sus advertencias antes de llegar, y es gracioso porque estoy
escribiendo esto en uno de los finales del maniaco. Estos días sentí como la
confianza recorría mi cuerpo y como mis miedos me abandonaron, caminé por las
calles a paso firme y con la mirada al frente como un ser intocable, quise
aprovechar cada momento, disfruté la música más que otras veces y canté hasta
que mi garganta dolió, siempre es agradable sentirse así, y pienso que sólo
debería ocuparlos para ayudarme a recordar porque soy capaz de todo y no para
lastimar a la gente, que es lo contrario a los depresivos porque me vuelvo
incontrolable y soy capaz de cortar todo por lo asustada que me siento de ser lastimada.
Antes de sentirme bien conmigo misma apenas si estaba
sobreviviendo, ojalá pudiese contarles más a fondo mis sentimientos y la
cantidad de veces que mis ojos no pudieron más de tanto llorar, el cruce de
pensamientos y la confusión sobre cómo se pueden sentir los demás al respecto
es algo que afecta todo el panorama, es posible que alguien que te ve todo el
tiempo no piense en ti pero que alguien que jamás lo hace se obsesione con tu
imagen, y yo sólo no quiero ser olvidada por quienes más espero que estén cerca
de mí, incluso cuando no puedan estarlo.
Hay veces donde debes gritar demasiado para hacerle entender
a alguien que estás solo en medio de la multitud aunque todos los ojos estén
sobre ti, a veces la sonrisas no convencen y los abrazos no consuelan, pero si
nos sentimos un poquito acompañados por personas que sienten lo mismo que uno,
de quienes tienen el miedo en la mirada, de esos que están cansados y no se
levantan de la cama, yo dejé parte de esa vida atrás porque entendí que soy
fuerte, pero hay días donde me gustaría volver a ser esa para que nadie más
pueda lastimarme.
Quien sepa quién soy, sabe que gran parte de mi vida la viví
como un personaje principal, jamás me sentí como otra cosa porque las circunstancias
me acompañaron bien, incluso en las historias más trágicas y en mi dolor
resalté como nadie, pero por sólo un segundo quiero matar a esa persona, ya no
me reconozco en ella porque me cansé de los héroes que viven al margen de sus
propios valores, los héroes son lo que salvan al mundo, y los antagonistas se salvan
a sí mismos, debo elegir hacerlo esta vez porque me niego a morir, incluso si
debo perder contra la imagen del espejo.
Finalmente la chica que vive dentro de mí está comenzando a
conocerse, se siente más segura de quien es y por fin no necesita mantener su
imagen para recordar que hay algo seguro que nunca se irá, ahora es su propio
hogar, y sí, partí tal vez con algo muy pequeño pero perforé mi nariz como el
inicio de algo, y es posible que algunas cosas sigan cambiando porque me siento
lista para soltar a mi antigua yo… El 22 es mi número de la suerte, así que
esperaré paciente a su llegada.
Gracias por leerme esta vez.
Hasta la próxima.
Comentarios
Publicar un comentario