Between the Ocean

Dying in the waves

    ¿Qué tal lectores? Ha pasado un tiempo desde que no merodeo por este lugar, y pues he tenido mis razones. Con los meses aprendí que a veces no es necesario descargarlo todo con extraños, la privacidad se debe tratar tal como su nombre, y dentro de todo, ha sido una buena decisión por ahora.

    Quise volver porque consideré que había acumulado lo suficiente como para sentarme a escribir hacia ustedes, ya que para mí lo hago casi a diario, gracias a eso descubrí una faceta de mi vida que podría dar vuelta todos mis sueños de ahora en adelante, así de importante podría ser, y quiero comentarles de qué trata.

    Finalmente he iniciado mis ejercicios de escritura creativa, cuando empecé consideré que se me haría complejo ya que aún no me veo a mí misma como una escritora de todos los tipos géneros, no creo que todos puedan, sin embargo, oscilo la mayor parte del tiempo entre la fantasía, lo psicológico y el terror, el último es el que me sorprendió más, pero si nos dirigimos hacia mi pasado, creo que tengo las experiencias necesarias para generar un buen ambiente cuando se trata de asustar a los demás, sobre todo cuando a ti a penas algo te puede poner los pelos de punta.

    Hace un par de semanas descubrí lo que les había mencionado, ese algo que podría cambiar las cosas para mí, sigo intentando aceptarlo, pero entre más lo pongo en perspectiva, más logra convencerme de que mi camino va por ahí. Todos los días pequeñas historias corren por mi cabeza, soy buena inventando escenarios mentales y creando personajes que nunca más volveré a imaginar, eso solía molestarme un poco ya que lo veía como una pérdida de tiempo, pero una vez que inicié con estas micro historias o cuentos, noté que salían mucho mejor que eso textos largos que planeo que algún día sean novelas, no creo ser lo suficientemente buena creando lazos argumentales tan extensos, intentando que las líneas no se rompan o que queden espacios en blanco e incongruencias, y puede que todo este tiempo, con todas las respuestas frente a mis ojos, como cada vez que disfruté escribiendo esas pequeñas historias para cada uno de mis personajes, es probable que mi futuro sea ser cuentista.

    Suena bien ¿No? Cuando leo esa palabra siento que se dirige hacia públicos infantiles, pero gracias a los libros de cuentos que he leído como “El cementerio sin lápidas y otras historias negras” de Neil Gaiman o “Cuentos extraños para niños peculiares” de Ransom Riggs, descubrí que los cuentos son para todos, y que a veces, no lo son. 

    Puede que todo esto les haya caído de sorpresa porque no era algo de esperarse de mí, es seguro que ustedes al igual que yo se hagan la pregunta de “¿Y qué sucederá con tus novelas?”, pues aún no logro decidirme, puede que intente escribirlas con todo el esmero posible para no fracasar y no ser tediosa, como puede que tome el formato de mis series favoritas, donde un capítulo no tiene nada que ver con el anterior, pero se mantiene la línea temporal y los sucesos ocurridos, creo que eso sería mucho más sencillo para mí, así que agradecería ser apoyada de ahora en adelante con este camino.

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    Ahora quiero irme a algo más personal, algo que pienso que no ha sido un secreto estas semanas o, mejor dicho, estos últimos dos meses. He ido perdiendo mis energías progresivamente, siento que la tristeza me ha drenado por completo, como si viviera en un espiral depresivo, donde he acabo flotando en la mitad del océano esperando que las olas me arrastren al fondo. Quisiera poder explicarles porqué me he sentido de esta manera, pero gran parte de ello no he sido capaz de entenderlo, y la otra parte, prefiero mantenerla para mí. Sería mentira decirles que comprendo, aunque sea algunas partes, pero no lo hago, sólo sé que, de un día para otro, ya no era capaz de levantarme de la cama hasta que fue una obligación, sé que tampoco he querido abandonar mi casa, aunque en el fondo desee hacerlo para tomar aíre. No tengo intenciones de tomar un baño y arreglarme para lucir linda, sólo lo hago porque debo hacerlo. Si quisiera buscarle una respuesta diría que es por la gran pérdida de peso en tan corto tiempo, diez kilos desaparecieron por culpa de mis dos graves problemas estomacales, he tenido que llevar una dieta bastante restrictiva que me está devolviendo de a poco a mi antiguo cuerpo insano. Han vuelto los estados somnolientos, el frío repentino, la debilidad y los mareos, cometí un error en una de mis dosis de medicamentos sólo una vez, y luego de ese incidente mi sueño es excesivo y agotador al despertar, todos los días intento obligarme a despertar e iniciar por las mañanas, pero mi cuerpo no me lo está permitiendo.

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    He pensado en dejarme ahogar por este inmenso océano, o esperar a que su movimiento me acerque a las costas, puede que el agua me purifique el alma y que me enseñe mis caminos a través de la arena. Puede que su brisa pesquera me de las respuestas, o que su sol en el horizonte me recuerde que el anochecer no es para siempre y que el amanecer no es eterno. Dejaré que sus olas imperfectas me empujen a donde pertenezco y que el frío se impregne en mis huesos. Esperaré a que me lleve a conocer lo que no he visto, tal vez me deje conocer el mundo que aún me falta y me de las experiencias para ser quien tanto busco. Mis respuestas se hayan en el océano, me dejaría morir en él, es por esto por lo que tanto le temo, sé que me espera, sabe que le pertenezco, y que algún día volveré a mí hogar. Mi querido viejo amigo, mi corazón está contigo, nos encontraremos, aunque muera en tierra.

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